Mientras caminaba por el barrio San Isidro en Canóvanas, pude ver la destrucción que había dejado a su paso el huracán María. Las inundaciones fueron de tal magnitud que quedaron despojados de sus pertenencias y métodos de transporte.
No obstante, la vida no se detuvo para los residentes de San Isidro. En un esfuerzo comunitario limpiaron sus hogares, sacaron escombros y buscan normalizar sus vidas mientras esperan por las ayudas de FEMA.
La falta de comunicación y la información errónea los lleva del tingo al tango en la búsqueda de ayudas gubernamentales y el agua potable que desesperadamente necesitan. Apesar de la tragedia que les ha tocado vivir, es preciso ver cómo mantienen su espíritu de lucha. "Estamos en victoria"; así nos dijo la Sra. Benítez, protagonista de esta historia, como evidenciando la perserverancia del boricua ante la adversidad.