El nombramiento de la joven de Meisshialette Ortiz como antropóloga forense y directora de investigaciones del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) redujo el tiempo de espera de muchas familias para identificar a los suyos, pero esto no siempre fue así. La escasez de un antropólogo forense en Puerto Rico provocó que muchas personas tuvieran que esperar meses e incluso años para que sus familiares fueran identificados a través de pruebas de ADN.
Este es el caso de Marilyn Serrano, una madre que estuvo años esperando para que el antiguo Negociado de Ciencias Forenses identificara los restos de su hijo.
Durante tres años y medio, Serrano estuvo aferrada a la posibilidad de conocer el paradero de su hijo, que había sido reportado como desaparecido el 14 de junio del 2017.
Cada vez que iba al Negociado de Ciencias Forenses le enseñaban de 25-30 rostros clasificados como John Doe, con excepción de los calcinados, pero ninguno era su hijo.
En el 2020, la citaron para notificarle que su hijo había aparecido en el ICF. Pero cuando esta madre pensó que por fin su calvario tendría un final y que le daría cristiana sepultura a su hijo, fue notificada que el cuerpo había sido cremado y el ICF había dispuesto de las cenizas.
La ley establece que son únicamente 10 los días que tendrá un familiar para reclamar un cuerpo, una vez culmine la autopsia. De lo contrario, estará disponible para disposición por parte del Instituto.
Marilyn solo pudo obtener un documento por parte de la funeraria en el que se detalla que su hijo tenía un trauma corporal por heridas de bala y uno compatible con un objeto contundente.
Este caso está en manos de la fiscalía de Arecibo, que aseguró a NotiCentro que, aunque no ha surgido nueva información, la investigación está abierta.