Aunque ya culminó la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, el viaje aumentó las tensiones entre Estados Unidos y China.
China denunció las acciones "extremadamente peligrosas" de Washington y amenazó con ataques "selectivos" de represalia.
La visita muestra el "apoyo incondicional" de Estados Unidos a la isla, aunque "no contradice" la política de Washington hacia China, dijo un comunicado del gabinete de Pelosi, que pertenece al mismo partido del presidente Joe Biden y es la segunda en la línea de sucesión presidencial.
China, que considera a Taiwán como una provincia rebelde, anunció poco antes que sus aviones caza habían cruzado el estrecho de Taiwán y prometió "acciones militares selectivas" de represalia.
Aunque el experto en política internacional, Ángel Toledo, no prevé consecuencias inmediatas, si considera que en algunos años China podría tomar acción contra Taiwán, lo que afectaría la economía global.
China y Taiwán están separadas de hecho desde 1949, cuando las tropas comunistas de Mao Zedong derrotaron a los nacionalistas, que se refugiaron en la isla.
Estados Unidos reconoció en 1979 al gobierno de Pekín como representante de China, aunque siguió dando respaldo militar a Taiwán.
Pelosi, que llegó a la isla en el marco de una gira asiática, es la más alta funcionaria estadounidense en visitar Taiwán desde su predecesor Newt Gingrich en 1997.