Timothy Silva, un estudiante de segundo grado que se encontraba en la escuela elemental Robb en Uvalde, Texas cuando Salvador Ramos ingresó y abrió fuego en un salón de cuarto grado, pasó el tiempo asustado y rezando.
“Entré en pánico, llorando. Yo pensaba que el tirador estaba disparando en todos lados y que una bala podía atravesar una pared y matarlo”, dijo su madre Amberlin Díaz.
La comunidad intenta sanar sus heridas y, además de crear memoriales, se han llevado a cabo vigilias en honor a las 21 víctimas de la masacre.
Hasta el lugar llegaron personas de todas las edades, algunos de ellos perdieron a sus compañeros y otros acudieron conmovidos por la situación.
“Yo conozco a los padres y abuelos de algunos de los niños y es difícil. Es difícil aceptarlo porque es algo que no debería pasar. Somos una comunidad pequeña, pero somos unidos”, expresó Millie García.
En la actividad estuvo presente el senador republicano Ted Cruz quien fue increpado por periodistas sobre la reglamentación de armas en el país y por qué estas masacres sólo ocurrían en suelo norteamericano. El legislador se marchó.
Las actuales regulaciones sobre el uso de armas han provocado que miles salgan a la calle para mostrar su repudio y pedir un cambio a los legisladores.