Tres personas, entre ellas una persona que fue promocionada en Puerto Rico como "el mago de los imanes", fueron acusadas de promocionar y vender imanes curativos adulterados y mal etiquetados para engañar a los consumidores y hacerles creer que servían para curar el Covid-19 y otras enfermedades.
El pliego acusatorio del caso nombra a Elberto Berdut Teruel, presidente de la compañía Magnetic Healer of PR Inc., y sus empleadas Wanda L. Carballo Cabrera y María Santos Carballo. La compañía también fue acusada.
Todos enfrentan cargos por conspiración e introducción de dispositivos adulterados y mal etiquetados con la intención de defraudar y engañar, conspiración para cometer fraude postal y alteración de un dispositivo después del envío en el comercio interestatal.
La adulteración es en relación a violaciones de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de Estados Unidos (FDCA, en inglés).
De acuerdo a documentos federales, los tres imputados se enriquecieron ilegalmente y administraron la empresa Magnetic Healer of PR Inc. para vender artefactos que contenían imanes curativos. Estos productos se promocionaban para tratamiento, prevención, mitigación y curación de Covid-19, migrañas, depresión, insomnio, Parkinson, Alzheimer, autismo y cancer, entre otros.
Aparte de las denuncias, la fiscalía federal busca la confiscación de ganancias que totalizan $327,047.56.
Igualmente, los acusados no notificaron a la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, en inglés) para obtener autorización, el etiquetado de los dispositivos era "falso y engañoso" y no incluía instrucciones de uso adecuadas ni advertencias, según la fiscalía federal.
Curiosamente, en el 2020 tanto el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) como la epidemióloga Melissa Marzán alertaron a la ciudadanía de no comprar los imanes por ser fraude y porque no había un tratamiento aprobado contra el coronavirus.
Los imanes se promocionaban en las redes sociales y en los sitios web www.elbertoberdut.com y www.magneticbiotherapy.com, y los imputados falsamente aseguraban que los artefactos fueron sometidos no requerían la aprobación de la FDA, pero luego que habían sido aprobados usando un logo oficial de la agencia estadounidense.
El caso está siendo trabajado por la Oficina de Investigaciones Criminales de la FDA, junto al fiscal Víctor O. Acevedo Hernández.