Son 45 días desde que el servicio se volvió intermitente y 27 desde que no cuenta con ninguno. Ante esto, tiene que irse casi a diario hasta la casa de su hermano en Aguada para abastecer su cisterna, y subirla llena a su casa que es otra misión
Es por esto que al sol de hoy, la frustración de él y sus vecinos, quienes residen en el barrio Palmar de Aguadilla es más que evidente.
Se trata de más de una decena de casas, ubicadas en la montaña y en su mayoría de personas mayores, quienes diariamente tienen que salir de sus hogares a buscar agua, a donde quiera que encuentren.