Con el dolor a flor de piel, y a la vez con mucha fortaleza, la madre y el hermano del maestro Pablo Más Oquendo, agradecieron la solidaridad mostrada por maestros y ciudadanos ante su trágica muerte, que expone la precariedad que vive el magisterio en cuanto a salario y jubilación.
Mister Más Oquendo falleció el pasado martes en la madrugada durante un choque vehicular, que ocurrió justo cuando el hombre de 58 años regresaba a su casa, luego de trabajar como guardia de seguridad, para cambiarse de ropa y seguir hacia su otro trabajo, como maestro de inglés en la escuela Francisco Oller de Cataño. El educador tenía un tercer trabajo, como maestro de tutorías en la escuela Delia Dávila, de Toa Baja.
La muerte de mister Más Oquendo dió impulso a la campaña mediática: un maestro no debería tener un segundo empleo, debería tener un mejor salario.
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