En un caso que pasó bajo el radar por los recientes acontecimientos de posibles acusaciones federales contra funcionarios y exfuncionarios, un manifestante del colectivo Campamento Resistencia logró que el tribunal de San Juan fallara ayer a su favor en un caso radicado por el senador del Partido Nuevo Progresista (PNP) Carmelo Ríos por una protesta en la cual el político se sintió amenazado y acechado.
Los hechos ocurrieron ayer e incluyeron el arresto del manifestante Jadiel Torres, quien luego celebró la victoria junto a su abogado y las personas que se quedaron esperando fuera de la corte hasta altas horas de la madrugada.
Torres empezó el día con una manifestación en Viejo San Juan por la participación de la nuera del gobernador Pedro Pierluisi, Blanca Hebé López Pierluisi, en el mercado de bienes raíces de lujo en Puerto Rico bajo la corporación Corcoran Group. Luego de un rato en las oficinas de la empresa, ubicada en las instalaciones del hotel Condado Vanderbilt, Torres se movió al Capitolio para esperar la hora de salida de los legisladores, razón por la cual se encontró con Ríos.
"Yo estaba manifestándome a la hora que salen los legisladores y lo veo. Empiezo con un megáfono a decir jergas boricuas y que trabaje por Puerto Ricoi, además del tema de la gentrificación", relató el protestante en entrevista con NotiCentro. Después de increparlo, Torres vio como Ríos fue al cuartel del distrito capitolino y regresó hacia donde estaba con dos policías. Ahí es que comienza la grabación que fue compartida en las redes sociales.
"Yo veo que sale con dos agentes y él me hace una invitación bien burlona como de 'vente. vente'. Los policías me agarraron, yo me les safé y los hechos terminaron en el residencial San Agustín, en Puerta de Tierra. Yo corrí hacia allá y me escondí", explicó Torres, añadiendo que los agentes lo persiguieron hasta el lugar y lo arrestaron. El vídeo que Torres grabó muestra al senador caminando hacia él y señalándolo, antes de hacer referencia a unas palabras soeces que el protestante alegadamente le dirigió. Torres comienza a alejarse de los policías por la calle Reverendo Gerardo Dávila y sostiene que está ejerciendo su derecho a la libre expresión, a la vez que Ríos continuaba acusándolo.
En el arresto, alegó el joven, los policías le recriminaron que los haya puesto a correr y le presionaron la rodilla contra el piso, razón por la cual hoy dice estar cojo y con la extremidad inflamada.
"Aplicaron fuerza innecesaria", sostuvo, mientras aseguró que no le leyeron los derechos cuando lo arrestaron sino cuando estaba en la celda y le exigieron firmar unos documentos.
Su arresto se extendió por varias horas, algo que opinó fue un "secuestro" porque no le permitieron hablar con un abogado hasta horas de la noche. Ese fue el licenciado Manuel Moraza Ortiz. Torres explicó a este medio que las alegaciones de Ríos sobre amenazas de muerte no prosperaron en el Tribunal de Primera Instancia de San Juan, por lo que el político entonces intentó que se le expidiera una orden de protección a su favor por amenaza y acecho.
Según Torres, Ríos dijo que sentía "miedo" porque él conocía donde trabajaba, le tomó fotos a su carro y lo amenazó. La jueza que atendió el caso entendió que no había un patrón de acoso y no le dio la orden. Para el manifestante, ver la facilidad con la que Ríos llevó a dos policías a arrestarlo por protestar le recuerda lo que las mujeres pasan para lograr que la Uniformada investigue a sus agresores.
"Cómo Carmelo Rios tiene el poder de sacar a policias de un cuartel, ordenar un arresto y unas mujeres van a querellarse al cuartel y les dicen que no hay policías", criticó.