Ponce, P.R. – El Municipio Autónomo de Ponce continúa trabajando en la relocalización de las personas que pernoctan en el campamento base, ubicado en la escuela Bernardino Cordero Bernard, y cuyas residencias no están aptas para vivir. Las mismas ya han sido evaluadas por FEMA y el programa de Sección 8 Municipal y Estatal.

“Sobre 35 personas han sido ya consideradas por el Programa de Sección 8 Municipal para las cuales se ha podido evidenciar que sus propiedades no están aptas para regresar a ellas”, explicó, María Torres, directora de Vivienda Municipal.

Se estima que el número de individuos evaluados por Vivienda Estatal puede superar también las 20 familias.

Torres indicó, además, que el Departamento de Vivienda Municipal está en proceso de firmar un contrato con el programa especial ESG, del Departamento de la Familia, para obtener $111,780.01 para realojamiento rápido.

Por otro lado, la Oficina de Servicio al Ciudadano Municipal informó que trabajó mano a mano con la documentación de expedientes y referidos de sobre 125 personas, en su mayoría de edad avanzada, las cuales ya fueron ubicadas en diferentes Égidas, Residenciales Públicos y mediante Programas de alquiler de Vivienda, incluyendo el beneficio de dos meses de renta otorgado por FEMA.

“Tal es el caso de doña Tati de 89 años, su hijo Edwin Nuñez y su yerna Lilliam Hernández, una familia de tres que fue desalojada de la Égida Mayor Housing, y que hoy realizaban los trámites finales para mudarse a su nuevo hogar”, indicó Omayra Colón, directora de la Oficina de Asuntos del Ciudadano Municipal.

“Otro familia que ya tiene identificado un hogar seguro, lo es la de Jackeline Sánchez, una madre de 4 niños, que fue desplazada de su residencia en el complejo de vivienda Villas del Caribe”, añadió Colón.

Estas gestiones municipales y estatales iniciaron la pasada semana con el fin de garantizar la seguridad de los residentes. Cada caso es particular y todos han recibido las atenciones debidas.

“Una vez los especialistas certifican las estructuras, se hacen los movimientos pertinentes para trasladar a las personas a sus hogares o se redirigen hacia los programas disponibles”, explicó la alcaldesa María Meléndez Altieri.

La Ejecutiva Municipal destacó que los sismos en la región continúan aunque en menor frecuencia. “Esto mantiene a los ciudadanos en estado de alerta ante cualquier adversidad. Las personas se sienten con miedo, esto incide en los efectos del terremoto. Por eso ha sido una prioridad gestionar ayudas emocionales, para que recuperen la confianza”.

“En el refugio base también se ha brindado ayuda emocional a los residentes. Muchos de ellos han participado de los servicios de ASSMCA, grupos de apoyo comunitarios y de Trabajadores Sociales Municipales, entre otros profesionales”, agregó Meléndez Altieri.

Finalmente, el censo del campamento base reflejaba 130 refugiados, incluyendo 25 familias, 21 personas en solitario, cuatro veteranos, dos embarazadas, una madre lactante, 10 impedidos y cinco mascotas.