Una combinación de resignación y esperanza caracterizaba el ambiente tanto en Cabo Rojo como en Lajas, los dos pueblos del suroeste de Puerto Rico que estarían más cerca de la tormenta Fiona, si se cumple el pronóstico de trayectoria del Centro Nacional de Huracanes.
En Cabo Rojo por ejemplo, los residentes de La Concepción están preparados para lo peor, pero confían en que su urbanización no se inunde como suele ocurrir durante eventos de lluvia, cuando el agua sepulta varias calles bajo casi siete pies de agua.
Otro barrio que se inunda en Cabo Rojo es El Corozo. Allí los residentes seguían su rutina de trabajo luego de haber completado los preparativos para la tormenta.
El alcalde Jorge Morales Wiscovitch reconoció que Cabo Rojo enfrenta un escenario peligroso, sobre todo si el ciclón se acerca más a tierra. Por eso los preparativos fueron acelerados, así como las acciones de mitigación realizadas en las demás áreas inundables como la carretera 100, la 103 sector El Coquí y Camino Los Morales, entre otros.
El alcalde decidió no esperar a la primera inundación para abrir refugios, por lo que en la tarde del viernes tenía habilitado cuatro con sus respectivos protocolos.
En el vecino pueblo de lajas, el alcalde Jayson Martínez Maldonado completó esta tarde una ronda de inspección de las tareas de limpieza de alcantarillas, recogido de escombros y limpieza de quebradas, especialmente en el sector Los Llanos, Maguayo Abajo, la carretera 116 y el Valle de Lajas.
El alcalde de Lajas trabajó durante 15 años como celador de líneas eléctricas, así que como da por sentado que se irá la luz a causa del ciclón, su plan de contingencia incluye una coordinación con Luma Energy para identificar y reparar averías.