Han pasado casi dos meses desde la muerte a tiros de un joven en Río Piedras, presuntamente a manos de la Policía Municipal de San Juan, y aún sus familiares desconocen a ciencia cierta lo que ocurrió y mucho menos si los oficiales involucrados están siendo investigados.
La muerte de un hijo es el mayor dolor para cualquier padre. Un dolor que es continuo, que es profundo, que desgarra.
Mónica y José experimentan además del dolor por la partida del benjamín de la casa, Christian José, por la impotencia de no recibir explicaciones sobre lo que ocurrió en la fatídica tarde del viernes, 15 de julio cuando salió de su hogar a probar una motora que había ensamblado ese día.
El joven de 19 años recibió un disparo por la espalda durante una intervención policiaca, pero no murió en el acto, sus padres aseguran que mientras agonizaba desangrándose pedía ayuda a los agentes.
Estos padres acusan a los policías por haber dejado morir al joven a quien se le ocupó un arma larga en el interior de esta mochila. Un rifle que no era real, sino que dispara proyectiles plásticos.
La policía tiene en su poder el rifle y el teléfono celular del joven quien también guardaba en este bulto sus herramientas de trabajo.
Hoy el padre se reunió con un fiscal de Integridad Pública del Departamento de Justicia e hizo un llamado al secretario de Justicia a procurar que se den explicaciones.