El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) compartió la buena noticia de que la acumulación de lluvia tras el paso de la tormenta tropical Karen, se produjo un importante evento reproductivo de sapo concho, especie en peligro de extinción, en el bosque Estatal de Guánica.
Este es el primer evento que se documenta desde hace dos años, tras el paso del huracán María, informó la secretaria del DRNA, Tania Vázquez Rivera.
Las poblaciones de esta especie disminuyeron y llegó a considerarse extinto. Sin embargo, en 1967 fue redescubierto y actualmente se conoce solo una población natural dentro del Bosque Seco de Guánica.
El sapo concho puertorriqueño es el único sapo nativo de Puerto Rico. Es confundido con especies introducidas como el sapo común y la rana toro quienes compiten con
nuestro sapo por hábitat y comida.
Los adultos permanecen en cuevas o cavidades la mayor parte del tiempo. Durante eventos de lluvia que causan acumulación de agua y charcas, estos salen a reproducirse. La población más grande de la especie se encuentra en el Bosque Estatal de Guánica, único lugar donde se reproduce naturalmente.
“Estos eventos atmosféricos, aunque representan un peligro en algunas ocasiones, es una oportunidad para especies como el sapo concho para reproducirse,” indicó la secretaria.
El sapo concho se distingue de las otras especies por las crestas sobre los ojos, nariz respingada y su menor tamaño, según el Negociado de Pesca y Vida Silvestre de Puerto Rico.
Las principales causas para la disminución de sus poblaciones son la pérdida de hábitat y las especies introducidas como la mangosta, la rata y el sapo común.
El Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, por sus siglas en inglés), considera al sapo concho como una especie amenazada. El DRNA así como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) lo consideran en peligro crítico.
El sapo concho habita en grietas y cavidades de la roca caliza en las zonas cársticas costeras del norte y sur de la isla, donde utilizan charcas temporeras para su reproducción.
Su hábitat está altamente amenazado por la actividad humana.
Actualmente, personal del DRNA, Protectores de Cuencas y el USFWS se mantienen monitoreando este evento.
El DRNA junto al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS, por sus siglas en inglés), y la Asociación de Zoológicos Americanos, mantienen un Acuerdo de Entendimiento para la recuperación de la especie.