Epi Lugo es una de cientos de ciudadanos que sienten mas temor que antes al usar gas licuado para realizar tareas domésticas.
El temor y la preocupación es comprensible, ya que frescas en la mente están la trágica explosión ocurrida en Las Piedras y la lamentable deflagración o llamarada ocurrida en San Lorenzo, ambos accidentes con un denominador común: una fuga de gas.
El temor se refleja en las cientos de peticiones de inspección de tuberías y tanques que están recibiendo las compañías de gas.
Epi y Jenny son residentes de la urbanización Luis Muñoz Marín de San Lorenzo, donde el domingo ocurrió una llamarada sin explosión en la casa de Santos Hernández Aponte y Rosa González Medina.
La llama, el humo, los gritos, aún estremecen a vecinos mas allegados, como doña Jenny.
En cuanto a la causa de la deflagración o llamarada, la sospecha se inclina a una fuga en la línea que suplía gas desde el tanque a la secadora. Línea que según Pérez Guadalupe, no era la correcta para ese tipo de combustible.
Y en efecto, la línea o tubería que hay en la casa no es de cobre, según constató Noticentro, sino de las que se usan para conexiones en inodoros y fregaderos.
La empresa Tropigas le suplía el gas a esta familia, pero sus empleados evitaron comentar sobre la línea o sobre lo ocurrido.
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