A sus 65 años, don David, que apenas puede caminar, vive en un cuarto, un lugar al cual le llama casa, rodeado de basura, limitado de servicios esenciales, pero con un amor por Dios y una fe inquebrantable.
Su casa de madera y zinc, queda en el barrio Guilarte de Adjuntas, vive solo y se las arregla como puede.
Ante la ausencia de agua, el aseo personal tampoco es el mejor, sin contar que sus necesidades las hace en el monte.
Por eso un grupo de voluntarios bajo el nombre “Impactando vidas y dejando huellas”, se ha dado a la tarea de ayudar a personas necesitadas, como también es el caso de don Gilberto, quien vive en esta casita, pero que gracias a donaciones ya se comenzó la logística para la construcción de una nueva, en el mismo terreno.
Parte de los materiales están ahí, y aunque la lluvia ha retrasado los trabajos, todavía falta más, falta madera, planchas de zinc, cemento y sobre todo mano de obra.
Para ayudar a estos hombres pueden enviar su aportación al ath móvil 939-320-9778, a nombre de efraín vega (voluntario).