A pesar que para muchos es una fiesta pagana, para los niños el Día de Halloween o brujas es un evento para poder disfrazarse de su personaje favorito y más que nada porque llenan sus calabazas plasticas de dulces.
Con ello hay que tener cuidado porque esa ingesta podría afectarles, más aún en casos de diabetes, obesidad y hasta la salud oral en la edad pediátrica han incrementado con la pandemia, y se ha convertido en la isla en una epidemia.
Otro asunto es el disfraz, que podría resultar inadecuado para su tamaño o edad.
Busque disfraces de colores vivos, que puedan reflejar la luz si sale de noche y que el material sea retardante al fuego. Por nada del mundo le coloque lentes de contacto que no sean recetados, si es que usa lentes o espejuelos.